Hay muchas maneras de conquistar. Desde mi experiencia me voy a detener en tres. Y… ¡allá vamos!
1.- La actitud.
¿No te sientes mejor cuando una persona, conocida o no, tiene un gesto amable contigo? ¿Cuando vas en el coche y paras en un paso de cebra (obligatorio, vaya) y la persona que cruza te sonríe? Esta actitud es bidireccional, crea una corriente de empatía y acercamiento. En muchos casos, puede facilitarte ese nuevo cliente que buscas y por supuesto mantener al que ya tienes (la profesionalidad modo on, ¿eh?). ¿No recuerdas más fácilmente un restaurante en el que cuando entras, la primera vez, te tratan con ese poquito de complicidad y que la segunda vez que vuelves, recuerdan por ejemplo, el vino que te gusta? Por supuesto, si la comida está de vicio, ¡éxito rotundo!, pero los detalles, la actitud, son cada vez más y más importantes en nuestras elecciones.
2.- Los testimonios.
El boca-oreja de toda la vida, que aún sigue funcionando, hoy en día se puede encontrar también a través de testimonios de tus clientes en tus redes. Vuelves a potenciar aquí la relación con los mismos, facilitas que te conozcan los de fuera y, ya te digo yo, en el caso de un vídeo, por ejemplo, que hay risas garantizadas (¿os suenan las tomas falsas?). Es una actividad que está fuera de tu actividad diaria pero que beneficia, tanto a ti como a tu cliente, tanto profesional como personalmente. Y oye, vuelve esa empatía…
3.- Apadrinar al cliente.
Esto es un paso más allá de la conocida como “atención al cliente”. Con la llegada de mi hija a la empresa, nuestra apuesta ha pasado a ser “apadrinar al cliente”: voy a verte, te ayudo en tus inicios, estoy pendiente de ti de una manera directa. Los clientes son personas de carne y hueso, ilusionados y preocupados por encontrar (y dar) un buen servicio, en el que se sientan protegidos y acompañados. La soledad y el miedo del emprendedor existen, y si podemos mitigarlos, aunque sea un poquito… pues mejor.
Todos hemos oído una frase que nos recuerda lo que es la vida: “La vida es lo que nos pasa mientras te empeñas en hacer otros planes”, atribuida a John Lennon (también a Allen Saunder, Quin Ryan, Walter Ward, Henry Cooke, Robert Balzer… En fin, mucha gente lo tiene claro). Y esta frase ha
de ser para nosotros un diferenciador de marca: nuestro trabajo y nuestros esfuerzos no se deben centrar en el resultado, en el final del recorrido, sino en cada uno de los momentos que vivimos para llegar allí, de los detalles que por el camino nos encontramos. Creo que es la única manera de tener una vida más plena y, por ende, saludable, tanto profesional como personalmente.
Sonia Mancebo
CEO Rindemas, S.L.
